viernes, 11 de marzo de 2011

El lado oscuro (clase 9 de marzo)

Decía Ignacio Ramonet en su obra La tiranía de la comunicación que "la irrupción del multimedia, cuyo impacto se ha equiparado al de la invención de la imprenta por Gutenberg, sitúa al sistema de la información en el umbral de una profunda revolución, que coincide con su progresiva pérdida de fiabilidad". 

Gracias a los avances tecnológicos y al desarrollo de Internet la capacidad para producir información se ha multiplicado, por lo que las posibilidades de acceder a ésta se han facilitado. Sin embargo, no todo lo publicado es veraz ni fruto de un duro trabajo de documentación y en estos tiempos inciertos parece que se está perdiendo la consciencia de que la palabra es algo de delicada administración. Hace unos días leía en una conocida enciclopedia virtual que Adolf Hitler no hizo el servicio militar en el ejército austriaco porque fue declarado No Apto. Esta es una tesis tradicional, pero Ian Kershaw indicó en su biografía sobre el personaje que Hitler no se presentó al reclutamiento. De la misma forma, hace un mes aproximadamente cuando Egipto vivía las revueltas contra Mubarak podíamos leer en Twitter un comentario, de escasa profundida sobre el asunto, realizado por David Bisbal (persona no especializada en el tema).

Cierto es que estas tendencias ya existían antes de la era digital, pero Internet las ha agudizado. A ello se le suma el problema de personas montadas sobre unas cuantas abstracciones que, aunque saben buscar información en la red no desarrollan su capacidad crítica ni entienden en ocasiones lo que leen. Por tanto, Internet es algo útil, pero tiene una serie de inconvenientes de los que debemos ser conscientes, ya que "no es oro todo lo que reluce". 

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Parece que la mayoría pensamos igual. ¿Nos llamarán nuestros nietos "antiguos" y "carcas" por ser críticos? ¿Perderá la humanidad alguna vez la capacidad de reflexión? ¿Son éstas, preguntas absurdas?

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